Hay muchas formas de hacer elearning, y mucho tendrá que ver
la cultura de la organización no solo a nivel de valores sino del modelo de aprendizaje
que se quiera implementar.
Es probable que mucho de los “vicios” y “buenas
prácticas” de la modalidad presencial se quieran replicar a la modalidad
virtual, sin embargo, es importante tener en cuenta que, por lo general, los
profesionales que trabajan en diseño instruccional presencial van a intentar
forzar un poco la modalidad virtual para poder implementar prácticas
presenciales que no necesariamente van a cumplir el mismo objetivo que en su
modalidad de origen.
Por ello, para no correr ese riesgo es importante armar el
diseño instruccional de una solución pensando en la modalidad en la que va a
ser impartida: por ejemplo un vídeo que en presencial motivaba al debate o era
de sensibilización, podría ser utilizado para el mismo fin en la modalidad
virtual pero necesitará de algunas pautas adicionales para que cumpla el
objetivo trazado, tratar de pasar un material diseñado para la presencialidad a
la modalidad virtual sin adaptación no tendrá el mismo impacto y no cumplirá un
mismo objetivo para todos los participantes. Esto último mal entendido podría traer prejuicios en contra de la modalidad virtual.
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